Voces contra el Silencio: Una Discusión Necesaria en la Escuela de Escritores Monaguenses


Maturín, 22 de octubre de 2025.— En un mundo donde las palabras pueden tanto ocultar como revelar, la Escuela de Escritores Monaguenses dedicó su sesión del día de hoy a desentrañar dos términos que, aunque a menudo se confunden, encierran una dolorosa y urgente realidad: el femicidio y el feminicidio. Bajo la experta dirección del escritor Miguel E. Molano, la reunión se convirtió en un espacio de confrontación, aprendizaje y catarsis colectiva.

Desde el primer momento, Molano planteó la discusión no como un tema más de la agenda, sino como “una necesidad imperiosa de entender el problema”. Con la precisión que lo caracteriza, delineó las características de cada concepto, subrayando una diferencia crucial que va más allá de la semántica. Se explicó que, si bien ambos hacen referencia al asesinato de una mujer por el hecho de serlo, la forma en que se manejan estos términos responde, con frecuencia, a un intento institucional o social de “hacer menos dramático y censurable el acontecimiento”. Esta clarificación inicial puso sobre la mesa la potencia del lenguaje para nombrar o silenciar la violencia.

La dinámica, lejos de ser una mera conferencia, se construyó sobre la base del diálogo. Se dejó abierta la posibilidad de intervención para cualquier compañero que deseara opinar, fomentando un debate rico y multidimensional. Así, la frialdad de los datos legales y las estadísticas “que asustan a cualquier mortal” comenzó a entrelazarse con algo mucho más poderoso: la voz humana.

El momento más estremecedor de la velada llegó con los testimonios de varias compañeras. Sus relatos pasearon a los presentes por un espectro de realidades que iban “desde terribles experiencias personales hasta situaciones profesionales” que evidencian la normalización de la violencia del hombre contra la mujer. Fueron intervenciones cargadas de valor y crudeza que transformaron las cifras abstractas en historias con nombre y apellido, recordándole a todos los presentes que esta no es una crisis ajena, sino un peligro latente en la sociedad.

Tras escuchar atentamente cada una de las contribuciones, Miguel E. Molano ofreció una conclusión tan lúcida como contundente. Para el escritor, el problema del feminicidio no es un fenómeno aislado o inexplicable, sino “la consecuencia de un sentido de pertenencia desvirtualizado que ha llevado al hombre a creerse superior y dueño de la mujer con la que forma pareja”. Esta reflexión apuntó al corazón del mal: una cultura patriarcal que distorsiona el amor y lo convierte en posesión, y que tergiversa el respeto para transformarlo en control, mediante la aplicación del miedo.

La reunión de la Escuela de Escritores Monaguenses culminó con un sentimiento compartido: la batalla contra el feminicidio comienza por nombrarlo correctamente, por entender sus raíces y, sobre todo, por no permanecer en silencio. Fue un recordatorio de que los escritores, como artesanos de la palabra, tienen no solo la capacidad, sino también la responsabilidad, de usar su oficio para iluminar las sombras y construir, desde la letra escrita, un mundo donde historias como las escuchadas hoy dejen de repetirse.

 

 

 

 

 




Disponible el #21 de la Revista Letras Monaguenses


Ya se encuentra disponible la edición número 21 de la revista Letras Monaguenses, correspondiente al mes de Octubre/2025, patrocinada por la Asociación de Escritores Monaguenses, en donde podrá encontrar una colección de artículos de interés junto a las últimas creaciones de los escritores de la región.

Puede leerla o descargarla del siguiente enlace: Revista Letras Monaguenses No. 21

Visita la página web de la revista Letras Monaguenses aquí: Letras Monaguenses



ASOESMO Siembra Versos por la Paz en su Décimo Concurso Poético 2025

 


Cuarenta y seis voces de Venezuela y el mundo confluyeron en un coro literario que clamó por la armonía global, demostrando el poder de la poesía como instrumento de reflexión y esperanza.


Bajo el auspicio de la Asociación de Escritores Monaguenses (ASOESMO), la décima edición de su Concurso Poético se consolidó como un hito cultural sin precedentes. Bajo la convocatoria del Día Internacional de la Paz, el evento logró una participación récord de 46 poetas que, desde Venezuela, Argentina, Colombia, Perú y Estados Unidos, alzaron su voz para tejer un mosaico de versos donde la paz fue la absoluta protagonista.

El certamen, que tradicionalmente reúne a la comunidad literaria regional, superó todas las expectativas, transformándose en un escenario de resonancia internacional. La pluralidad de acentos no hizo más que enriquecer una reflexión común: la urgente necesidad de silenciar los tambores de la guerra y cultivar la concordia en el corazón humano y entre las naciones.

La evaluación de los trabajos, basada en criterios de originalidad, dominio del lenguaje poético, profundidad conceptual e impacto emocional, reveló un nivel excepcional de calidad. Los poemas recorrieron un amplio espectro: desde el dolor crudo de los conflictos armados y la denuncia social hasta la introspección más sutil que encuentra la paz en el "remanso interior", como tituló su poema el poeta Ronald Cazorla.

Entre las obras más destacadas, el jurado señaló con mucho énfasis la poderosa narrativa de "MAMUSHKAS", del poeta argentino José Luis Frasinetti, que a través de la historia de una niña llamada Daryna y el símbolo de las muñecas rusas, logró una conmovedora representación de la resistencia humana frente a la guerra. Asimismo, se destacó la profundidad metafórica de "El Jardín de un Grito Silenciado", de la poeta Naiz Francia Jiménez D'arthenay, un texto donde las figuras literarias se entrelazan para hablar de la paz que nace de las cicatrices.

La categoría de poetas femeninas mostró una fuerza arrolladora, con piezas de una sensibilidad y técnica notables. "No es blanca paloma, es la paz, la libertad", de la colombiana Miriam del Valle Velásquez, unió historia y actualidad en un verso contundente, mientras que "El Jardín de la Paz", de Dolores Maza, ofreció una visión serena y esperanzadora.

El décimo concurso trascendió la mera competencia literaria. Se erigió como un acto de afirmación cultural y humanista. Cada poema recibido es un testimonio de que, frente a la adversidad y la violencia, el arte mantiene su vigencia como espacio de diálogo, consuelo y crítica.

La Asociación de Escritores Monaguenses reafirma, con esta exitosa convocatoria, su compromiso inquebrantable con la literatura como pilar fundamental para la construcción de una sociedad más consciente y empática. Los 46 poemas son ahora un legado, un libro abierto que grita, susurra y canta por un futuro donde la paz, más que un anhelo, sea una realidad que habite en cada rincón del planeta.




 
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